La campana extractora es uno de los electrodomésticos más importantes de la cocina.

Su función es eliminar humos, vapores y olores filtrando y evacuando el aire y las grasas que haya en él, garantizando la limpieza del ambiente a la hora de cocinar.

A la hora de decidir qué campana extractora es la más adecuada para nuestra cocina, debemos tener en cuenta varias cuestiones.

Campana extractora

Tipo de ventilación

La primera es saber qué tipo de ventilación tenemos y si esta tiene salida al exterior.

Si contamos con esa salida, podemos optar por una campana extractora de evacuación al exterior. Este sistema extrae el aire mediante un ventilador y lo impulsa hacia fuera por un conducto especial.

Campana extractora

Estas extractoras son bastante eficaces, aunque dependen de la forma que tenga su conducto de evacuación (si tiene un diámetro adecuado, una forma recta o con curvas, …).

Si no contamos con esa salida exterior, deberemos optar con campanas  de recirculación, que atrapan aire y gases en su ventilador, los hacen pasar por el filtro antiolores de la campana y los devuelven al ambiente de la cocina tras ser depurados en su mayor parte.

Ambas deben contar además con filtro antigrasa y extractor y, la gran mayoría de las veces, un sistema de luz (incandescente, fluorescente o halógena) para iluminarnos cuando cocinamos.

Características técnicas

Lo siguiente que tendremos en cuenta serán las características técnicas que queremos que cumpla nuestra extractora.

Campana extractora

Tamaño

Debería ser al menos tan ancho como la superficie de cocinado que tiene debajo. Si es un poquito más grande (unos diez centímetros más), su función de extracción será más eficaz.

Mantendrá, además, una distancia mínima de 55 cm hasta vitrocerámicas, placas eléctricas o de inducción. O de 65 cm si son cocinas de gas.

Potencia

Una fórmula para calcular la potencia que necesitamos sería multiplicar los metros cuadrados de nuestra cocina por su altura y después por 12 (revoluciones por hora). El resultado, en metros cúbicos, son los mínimos con que debería contar una extractora adecuada a nuestras necesidades.

Deberemos tener en cuenta que el aire de la cocina se debería renovar entre seis y doce veces por hora.

Y que una buena capacidad de absorción rondaría, al menos, los 500 metros cúbicos.

Motor

Optaremos preferiblemente por motores blindados de hierro en lugar de plástico, evitando así que le entren grasas, polvo o suciedad, y que cuenten con revestimientos de materiales que amortigüen su sonido.

Una campana extractora suele emitir de 40 decibelios mínimos a 70 y 80 decibelios a potencia máxima. Optar por un modelo que no sobre pase los 60 decibelios hará que no suframos de excesivo ruido en nuestra cocina.

Diseño

Campana extractora

Dejando atrás la parte técnica, podemos recrearnos con el diseño que haga de nuestra cocina un ambiente moderno, funcional y acogedor, convirtiendo nuestra campana en un elemento decorativo y práctico a la vez.

Podemos encontrar campanas de pared u horizontales, así como con inclinación hacia la zona de cocinado.

También hay modelos en isla sujetos al techo, con campanas extraplanas encastradas en la pared o en un mueble alto. Se ponen en marcha al accionar una puerta abatible o de superficie (instaladas en la encimera).

Entre los nuevos modelos que salen al mercado contaremos con funciones habituales como la extracción y la iluminación  y con otras automáticas.

Algunas pueden ser muy prácticas, como la potencia de extracción variable según la cantidad de humo en el ambiente, la velocidad variable controlada por sensores o la desconexión automática.

Mantenimiento

El mantenimiento adecuado de una campana extractora pasa por limpiar o renovar sus filtros periódicamente.

Si son metálicos, se puede hacer en el lavavajillas (en la parte trasera para evitar que el abrillantador los oscurezca). Si son de carbón, se deberán cambiar según el uso de la campana y la frecuencia que indique el fabricante (más o menos cada tres meses).

El frontal lo limpiaremos siempre con productos suaves y neutros, en movimientos horizontales preferiblemente.

Para optimizar el rendimiento de la extractora, evitaremos que haya corrientes de aire, cerrando ventanas y puerta de la cocina. También podemos ponerla en marcha poco antes de empezar a cocinar y dejarla hasta cinco minutos tras haber terminado. Y utilizar después una frecuencia alta para absorber grasas o baja si son vapores de agua.